«He conseguido en mi vida lo que quería soy feliz».
Alto. Delgado. Caballero. Simpático y muy gallego. Camina por la calle con la seguridad del que ha conseguido el éxito y se ve observado constantemente. Este actor pontevedrés de nombre Francis Lorenzo lo miran como el comisario de «Águila Roja». Él asegura con rotundidad haber logrado en su vida lo que quería : «Soy muy feliz en mi profesión. Un día soñé en mi Galicia natal ser actor y lo conseguí.
Cuando mis padres me castigaba sin salir yo interpretaba personajes en mi habitación. Les he dado las gracias por aquellos momentos». Así se sincero este pontevedrés de gran éxito en las pantallas en el almuerzo del miércoles 11 de noviembre en el Café Varela con los socios y amigos del Club de periodistas gallegos en Madrid.
Dice que a su consagración le lanzo médico de familia: «Un día no era nadie después de 30 series y la noche que me vieron siete millones de españoles al día siguiente ya no podía ir a por el pan».
Este hombre de la interpretación destaca que el buen hacer en el mundo cinematográfico de las productoras y actores gallegos es grande. «A nivel intérpretes hay verdaderos genios lo que pasa es que no se lo creen pasa esto en Cataluña -matiza – y se consideran dioses».
Sobre el futuro de la televisión señaló que cambiará mucho pero que no estamos sacando partido de un fenómeno histórico: «es la primera vez que Estados Unidos compra series españolas y teníamos que haber explotado mejor ese éxito en el exterior».
Preguntado si le apetecería hacer algún reparto de excepción asegura que le gustaría hacer de Papa. Sobre la fama advierte que hay que saber gestionarla y que nadie es molestado si no se sobreexpone, pero que él se debe al público que le compra la entrada.
Se despide anunciándo que tiene en proyecto varias cosas y no sólo comedia. «Hay que cambiar de registro» sonríe mientras se pierde por la calle Preciados bajo la miradas de los transeúntes sorprendidos por su presencia.