Clemente González Soler, Presidente de IFEMA
“Construiremos en Madrid el mayor Centro de convenciones del mundo”
La feria madrileña duplicará su negocio en cinco años
Lidera Alibérico, una de las grandes empresas mundiales del aluminio
Ifema proyecta duplicar su cifra de negocio en cinco años para situarse muy cerca de las tres grandes ferias europeas (Berlín, Viena y París), según reveló su presidente ejecutivo, Clemente González Soler, en el Club de Periodistas Gallegos en Madrid, que dirige Pilar Falcón.
El destacado empresario gallego (Santiago de Compostela, 1950), propietario, junto a su esposa, de un imperio internacional de la industria del aluminio, ofreció datos reveladores del buen momento del ferial madrileño y de su proyección a corto y medio plazo. Ifema es la única feria nacional que nunca ha recibido subvenciones ni presenta deudas, en buena parte, según González Soler, debido a la impecable gestión del anterior director general, Fermín Lucas.
Ifema nació para insuflar riqueza a la comunidad de Madrid, a cuyo PIB aportará este año en torno a los 3.000 millones de euros. En este ejercicio se registraron cifras récord en número de ferias (86) y de eventos (más de 500). Las ferias Fitur y la de Frutos y Verduras ocupan el segundo lugar del mundo en participación. El presidente González Soler anunció el propósito de construir en Madrid el mayor centro de convenciones del mundo al poder contar con 400.000 metros cuadrados municipales disponibles en el entorno del actual recinto ferial y área de Valdebebas. Ese despliegue incluye un mayor aprovechamiento del Palacio Municipal de Congresos, a sólo unos metros del edificio principal de Ifema, y del Palacio de Exposiciones de la Castellana, pendiente de reformas arquitectónicas. En suma, Ifema vive momentos expansivos, sustentada en una gestión del perfil rigurosamente empresarial.
“He aceptado el cargo de Presidente Ejecutivo porque el cambio de Estatutos propiciaba el acceso de un empresario independiente”, señaló Clemente González, Además “tenía pendiente una deuda con Madrid, que me acogió primero como estudiante, y luego me vio nacer como empresario”.
Un momento de la exposición de Clemente González seguida con atención por los miembros del Club
Empresario con la mirada en la innovación
Clemente González Soler ha llevado consigo a Ifema el caudal de experiencia, rigor y conducta ética que sus colegas le reconocen de antiguo. “Mi independencia se basa en tres hechos: no haber querido contratar nunca con la Administración, no trabajar en sectores regulados y no contraer deuda financiera”. Su trayectoria de empresario fue fulgurante. Con el título de ingeniero aeronáutico en el bolsillo, se inició como becario de Endesa en Alicante. Pero ya en 1986 crea la comercializadora de productos del aluminio Iberalum que cuatro años más tarde vendería a la canadiense Alcan con jugosas plusvalías. Su salto definitivo llegó con la creación de Alibérico. En 2010 inició el denominado “Plan Visión 5”, que contemplaba la creación de una nueva fábrica en cada uno de los cinco continentes. Así se cumplió en Marruecos, Estados Unidos, India, Brasil y Australia. Hoy, el grupo cuenta con 17 fábricas de productos de aluminio, 7 en el extranjero, y con puntos de venta en 72 países. González Soler dice con legítimo orgullo: “las fachadas de los cinco aeropuertos que se construyen actualmente en Europa llevan aluminio nuestro”.
Esta proyección empresarial es la respuesta a una línea estrategica que pasa por la innovación permanente. “Sólo quedan dos tipos de empresas: las que innovan y las que desaparecerán. Con razón se dice –recalca Clemente González- que no estamos en una época de cambio, sino en un cambio de época”.
Pilar Falcón, Presidenta del Club y Clemente González
El perfil de este ingeniero empresario no se entiende sin su compromiso en el asociacionismo patronal y empresarial que le llevó a presidir dos asociaciones europeas de su sector, Estar y Afea, y a multitud de instituciones nacionales. Se le reconoce como un hombre de compromiso, inquietante ante los poderes establecidos la hora de plantear los problemas de nuestra sociedad. Dice que a los españoles les falta cultura de pacto, de consenso, para poder resolver las dificultades de un modo eficaz. Y nos falta creer en nosotros mismos, cuando es un hecho que somos imbatibles en competitividad y capacidad de repentización ante situaciones empresariales inesperadas. “Creo en España: tenemos buenas empresas, buenos directivos y buenos ejecutivos. Y creo en que la sociedad civil debería mostrarse más activa. Para mí, un “político” era aquel que se ocupaba de arreglar los asuntos complejos de la sociedad; hoy, algunos viven precisamente de que las cosas no se arreglen”. Por último, señala las grandes reformas pendientes en España: la educativa (en USA existen vasos comunicantes entre la formación y la empresa, lo que no ocurre en España); la judicial; la territorial (ha sido una locura descentralizar Sanidad y Educación y desaprovechar la optimización de recursos) y la de la Administración pública.
Firmando en el Libro de Honor del club
Reconoce una pasión en la vida: la tecnología, y un hobby que le viene de niño: el deporte de la vela. Posee un barco de la antigua Caja de Ahorros del mediterráneo en el que navegaba el Rey Juan Carlos y con el que participa en las importantes regatas gallegas.
De sí mismo se conforma en decir: “Soy un hombre normal y muy feliz a mis 67 años”.